FESTIVAL INTERNACIONAL DE TÍTERES DE CANARIAS. El Barón de Munhausen. Teatro Atelier 313. Viernes 1 de mayo 2009.


Otro gran monataje en la Casa de la Cultura de Los Realejos. La función de tarde llenó el aforo. Chicos y grandes disfrutaron por igual.

Ante todo mi reconocimiento a la compañía búlgara por el esfuerzo que supone realizar toda la obra en un castellano del todo comprensible. El texto, que narra algunas de las aventuras y andanzas del famosísimo Barón de Munhausen (aquel que estuvo a punto de ahogarse porque no sabía nadar pero que salió a flote tirándose él mismo de los pelos ), viene como anillo al dedo para un espectáculo de títeres. Porque los muñecos son capaces de ir siempre más allá, casi están hechos con esa función. El ser humano se autolimita en exceso. Cuánto bien nos iría ser una especie de centauros, o sirenas, o minotauros, pero con la otra mitad a lo títere; seguramente llegaríamos mucho más allá de donde hemos llegado. Ahora alguien me dirá que ya somos bastante títeres los humanos, que dependemos demasiado de los hilos del destino, que es el instrumento que nos maneja, o del patrón, o de la confabulación judeomasónica que nos indica un camino del que no podemos escapar. ¡Bah! Yo me refiero a ser un poco como el Barón, capaz de imaginar otra realidad y transformar el presente.

Durante la representación el titiritero se convierte en actor para complementar a su alter ego, el títere, y compartir protagonismo. En ambas disciplinas realizan los de Atelier 313 un trabajo notable, sujeto a todas las reglas del teatro. El resultado es una obra de ejecución ejemplar. Tal vez el ritmo resulte ligeramente lento y el color un tanto apastelado. El resultado, insisto, de una técnica impecable, pero que no alcanza el nivel de sutileza, ni la magia de otros espectáculos que ya he comentado durante la semana.

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