LA CAJA DE MÚSICA. Compañía Teatrejo

"La Caja de Música" de Teatrejo ha sido galardonado con el premio García Cabrera de tearo aficionado como mejor espectáculo de la Comunidad Autonoma Canaria este año 2008, y ha sido a su vez seleccionado para representar a Canarias en el Certámen Nacional de teatro aficionado Buero de este en competición con el resto de comunidades autónomas. Muchas felicidades, y buen trabajo.
Por este motivo el Domingo día 25 a las 19:30 horas en la Casa de la Cultura de Los Realejos tendrá lugar la representación de este espectáculo con la asasistencia del jurado nacional así como la entrega del premio de la comunidad autónoma a la Compañía Teatrejo.

LA CAJA DE MÚSICA. Compañía Teatrejo

Alguien que sabe mucho de teatro dijo: “los críticos son esos que, si les enseñas la luna, te miran el dedo… y en concreto la uña, para adivinar exactamente cuándo te la cortaste”. Bien, quedan avisados. Ahora entro en el tema.

La compañía Teatrejo está compuesta por un elenco de actrices y actores como la copa de un pino. Grandes, grandes, grandes pese a su corta edad. Lo demostraron ayer en “La caja de música”. A través de una metáfora muy plástica pudimos contemplar el tránsito de la niñez a la madurez por el que pasa todo ser vivo, en un recorrido de aventuras personales diversas, bajo una atmósfera onírica muy bien lograda. La muñeca de la caja de música se atreve a dejar la seguridad de ese espacio para aventurarse en el proceloso mundo de la vida a plein air. El material está servido. Director, actrices y actores no dejaron pasar esa oportunidad y pudieron lucir sus mejores dotes. Profesionalidad, rigor, cualidades innatas… Todo eso pude ver sobre el escenario. La muñeca, Nino, el león, el payaso, la sirena, el maestro… Trabajos de altura. La música en directo redondeaba la cosa con unas melodías seductoras que acompañaban muy bien los tránsitos.

Aunque hubieron algunos “pero”. La escenografía, por ejemplo que, aunque austera, plantea momentos en los que hay un tránsito excesivo de elementos por el escenario. Algunas de las escenas se hacen extremadamente largas pese al contenido del texto y el buen hacer de los personajes. Me sonaba demasiado a “El Principito” y a “Alicia en el país de las Maravillas”, sin llegar en ningún momento a la brillantez de esos textos. ¿Por qué se me indigestó, pues, la obra?

El texto. El texto me resultó pedante, endiosado, como que el autor quisiera demostrar su virtuosismo en el manejo de las palabras y el amplio dominio de su vocabulario, a costa, claro, del buen ritmo y la agilidad del espectáculo. De hecho, este texto de Alfonso Zurro es tomado como material didáctico en los ciclos de la educación secundaria obligatoria. No pasa de eso, un ejercicio de estilo no apto para una compañía en busca de la profesionalización. A no ser… ¡Que se prescindiera del texto!

Oh, sí! Mientras contemplaba la obra me la imaginaba sin texto, sólo gestos, con la música como elemento más participativo… Y disfruté imaginándola, disfruté mucho al inventarme a ese grupo de muchachas y muchachos metidos en ese berenjenal. Entonces me dejé llevar y sentí un íntimo placer, hice clic en el botón del sonido y apagué las voces, acentué gestos y expresiones, aceleré el visionado… Y el conjunto me gustó. Lástima que lo que me gustó sólo estuviera en mi imaginación, no sobre el escenario.

La compañía Teatrejo, con su director al frente, me parece una gran apuesta de futuro para el teatro canario. De lo mejor, diría yo. Son auténticos animales de escena. Su director sabe manejar a la perfección los cuerpos y las voces de esas criaturas, y también sabe interpretar las escenografías. ¿Qué más se puede pedir? ¿Para cuándo la puesta de largo y el paso a formar una compañía profesional? Hasta tal punto lo veo y lo siento así, que me fascinaría participar en el proyecto. Esta es mi declaración de amor hacia ese grupo de personas. Más no puedo decir.