FESTIVAL INTERNACIONAL DE TÍTERES DE CANARIAS. Dalan Wawan Guanawan. Cia. Wayang Ajen. Miércoles, 29 abril 09.



Asistí a la sesión de tarde en la Casa de la Cultura de Los Realejos. Quería ver cómo se sucenden las cosas a esas horas, con tanta criatura menuda de por medio. Lo digo ya: excelente.

La compañía indonesia me introdujo en otro universo. Recordé con cierta nostalgia mis tiempos de cómics, y también aquellos años de sicodelia. La historia es de corte clásico (malo rapta chica y el esposo airado se lanza a su rescate, al frente de un pequeño ejército de seres inimaginables, para llegar al final feliz). Lo sorprendente es cómo se cuenta, los medios que arman el espectáculo.

La manipulación de los títeres de varillas es asombrosa. Con una sóla mano se manejan las dos varillas que articulan el movimiento de brazos. La complicación es extrema. El resultado es espectacular (me cuentan que el artista necesita de masajes previos y posteriores a su trabajo). Mi perplejidad se inflaba como un globo al que le entra aire por varios orificios: la música (inverosímiles instrumentos construidos artesanalmente que hablan de las excelencias como luthieres de los miembros de la compañía), el colorido (de los títeres, de las sombras proyectadas), los detalles (¡los muñecos respiraban fatigados!), el movimiento (de los títeres, de las sombras), los personajes y las situaciones (muy cómicas algunas, al puro estilo clown).

Ayer viví un ejemplo de "globalización" bien entendida. Algo muy local, en el extremo de nuestra cultura, que trasciende en universal y llega a cualquier persona. Constaté, nuevamente, que el ser humano se hace uno si lo entendemos como mamíferos que somos, sea cual sea nuestro lugar en el mundo, poseedores de una serie de "instintos atávicos" que, cuando los estímulos externos los activan, reaccionamos con la sonrisa, la satisfacción y la complacencia. Eso consigue la gente de Wayang Ajen.

Después la cordialidad. El espacio para compartir: subes al escenario, te muestran los títeres, puedes cogerlos, ves los instrumentos artesanales, los haces sonar...

Hoy, mientras redacto esta crónica, pienso en el próximo festival de aviones a reacción y otras aves del "flipa (¿?)" que se celebra este domingo en Los Realejos. Me imagino los miles y miles de euros que costará eso (en queroseno, por ejemplo). Hoy, mientras redacto esta crónica, noto el gustito que me llena al pensar en los pocos euros que cuesta (proporcionalmente) el festival de títeres y lo privilegiados que somos los que asistimos a este evento de maderas. trapos, bolsas y otras minudencias. Ecología, lo llamo, e inteligencia.

1 comentario:

Felipe Lorenzo dijo...

impresionante los indonesios, con los pocos recursos que tienen todo lo que pueden conseguir.

Me impacto la narración dos planos que tenían.