TONI ZAFRA. El mundo enano


Magistral. Sublime. Bellísimo. Mágico. Toni Zafra también. Él y sus títeres forman un conjunto perfecto. Qué rápido pasa el tiempo. Cuántas ganas de más y más.

Ocho personajes del mundo del circo nos sumergen hasta el tuétano en la poética visual y narrativa más extraordinaria. Hilos en lugar de palabras y, cuando el texto asoma, se ajusta milimétricamente al canon de la belleza, de la síntesis, de la verdad.
La vista queda atrapada bajo el influjo hipnótico de los seres enanos, pero ocasionalmente quiere hacer una incursión en la persona que tira de los hilos. Entonces lo ves: concentrado, con toda esa aparamenta que consigue hacer pasar desapercibida. Y mis oídos atentos al ruido de los pasos de los títeres, al frufrú de sus telas, al clic clic de las varillas y al encantador acompañamiento musical. Mientras, mantego una sonrisa de satisfacción, de bienestar, de plenitud. Cada uno de mis poros siente que cada segundo es valioso, que si vuelve a mirarme el rostro de alguno de los personajes yo me derrito, de gusto. Cada enano te da pie a imaginar, a intuir y a acertar siempre, y entonces te sientes dichoso, porque Toni te da la oportunidad de acertar con ese discurso universal del que ha dotado a sus criaturas para que acertemos, para que todo nos sorprenda pese a que lo esperábamos, como en el espléndido número del payaso pletórico de sencillez y poética.

Y en un redoble de tambores, en el más difícil todavía, sabe cerrar el círculo con maestría, con un epílogo a la altura de las circunstancias: gigantesco pero pequeñito; grande pero humilde. Digno de un sabio.

Emocionante. De veras. Un lujo verte por aquí. Vuelve pronto, Toni.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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